Fascismo normalizado, otro éxito de los mercados

   Producción de bajo presupuesto situada en la España profunda, aunque bien podría ser cualquier otro sitio, a gusto del consumidor. Gentuza hay en todas partes. Los protagonistas, todos nosotros, seguimos jijí-jajá, abrazados a lo frívolo, sometidos a la estupidez, mientras colaboramos en la construcción de la distopía total. Pero dejémonos de tonterías, lo importante es la Champions League.

En búsqueda de la felicidad por el camino equivocado

Cientos de historias independientes, acaban convergiendo en la cola del aparcamiento de un supermercado. Atrapados, algunos encuentran su verdadero yo: si el burro rebuzna, el imbécil toca el pito.

La buena, la fea y la mala

Tres cazadoras de almas se cruzan con Satanás en persona y ni siquiera advierten su presencia. Durante un paseo matutino descubren que su fe era totalmente errónea, a pesar de lo cual continuarán con sus anodinas y falsas vidas como si tal cosa.

Barrio Sésamo: abierto y cerrado

    Un intrépido biólogo se encuentra en la naturaleza salvaje y abre la mismísima puerta de acceso directo a Cthulhu. La humanidad pagará cara su osadía.

Gatto Español

    Sinopsis: un felino español, contratado habitualmente por los servicios de inteligencia españoles, tiene que llevar a cabo una delicada misión, consistente en ocultar una serie de secretos de estado, para salvaguardar la integridad y la idiocia de España. ¿Lo conseguirá? Lo tiene fácil, ya que al estar capado no se despistará con las gatitas Bond que se crucen en su camino.

Matrix de andar por casa, la precuela: Al final todo era un brote psicótico que le dio a Neo siendo niño

—Wachowski, pásame el porro.

—Wachowski eres tú.

—Sí, yo soy Wachowski, pero soy el Wachowski que no tiene el porro. Pásame el porro, Wachowski, cabrón.

—¿Cabrón? Si soy una mujer.

—Que sí, Wachowski, que sí. Yo también soy una mujer, como tú. Wachowski, cabrón, pásame el porro.

—Wachowski, pero tú eras un hombre.

—Sí, Wachowski, cabrón, antes era un hombre, como tú.

—Como yo, no. Yo siempre fui una mujer.

—Que sí, Wachowski, que sí, pásame el porro.

—¿Echas de menos la polla?

—Joder, Wachowski, qué cosas tienes.

—¿No la echas de menos, ni un poco?

—Lo confieso, Wachowski. Sí, la echo un poco de menos.

—¿Lo ves? Te lo dije. Sigues siendo un hombre. Sin polla, pero un hombre. Siempre lo fuiste, Wachowski.

—Y tú serás mujer, Wachowski, pero sobre todo, lo que eres, es un hijo de puta. ¡Te has vuelto a trincar mi porro!

—Te quiero, Wachowski.

—Vete a la mierda, Wachowski.